PIEL SECA VS PIEL DESHIDRATADA, ¿CÓMO DIFERENCIARLAS?

En esta época del año es normal que la piel se irrite y pique con facilidad. Si a esto le añadimos los efectos del aire acondicionado, las largas exposiciones al sol, la sal, viento y demás, la piel pierde su barrera natural de hidratación. No es de extrañar que sientas la piel tirante y dura. Pero, ¿tu piel está seca o deshidratada? ¿Sabía que hay una diferencia entre ambas? Estas dos palabras parecen sinónimas, pero en realidad significan cosas muy distintas para la piel.  En pocas palabras, la sequedad se refiere a un tipo de piel y la deshidratación a una afección cutánea.

¿CÓMO PUEDO SABER SI TENGO LA PIEL SECA O DESHIDRATADA?

La piel seca carece de grasa porque produce menos sebo que la piel normal. La falta de sebo significa que la piel carece de lípidos. Necesita retener la humedad y construir una barrera fuerte para protegerse de los agresores externos. La piel deshidratada no tiene suficiente agua. Muchos factores externos pueden deshidratarla, pero los más comunes son el clima, el medio ambiente, la dieta y el consumo de cafeína. Para complicar aún más las cosas, la deshidratación es una falta de agua y no de grasa; se puede tener una piel deshidratada y grasa al mismo tiempo. Entonces, ¿cómo saber qué necesita tu piel? En realidad es tan fácil como pellizcarse la mejilla. Si pellizcas y tu mejilla se arruga con una suave presión en lugar de mantener su forma, tu piel necesita agua. Otros signos son las ojeras, que parecen hacerse más profundas, y la aparición de arrugas donde antes no las había.

APRENDE A TRATAR TU PIEL DESHIDRATADA: 

La buena noticia es que ayudar a tu piel a recuperarse de la deshidratación puede ser tan fácil como aumentar tu ingesta diaria de agua. Recuerda que el consumo de agua es una solución a largo plazo, ya que la piel es el último órgano en recibir los nutrientes que consumimos. Si quieres un estímulo inmediato, Cool Off Face Moisturizer nuestra crema de día profundamente hidratante que contiene aloe vera y glicerina de origen vegetal para proteger aún más tu piel y preservar su función barrera.

PERO ¿Y SI TIENES LA PIEL SECA?

Ya sabes, el tipo de piel que históricamente se vuelve dolorosa alrededor de las comisuras de la nariz y la boca y provoca descamación. Lo primero que hay que tener en cuenta es que la piel seca es un tipo de piel, no puedes cambiarla, pero sí puedes aprobar su aspecto.  Como con todos los problemas de la piel, debes tener en cuenta tu dieta.  La piel seca puede beneficiarse de la ingesta de alimentos ricos en antioxidantes, como el pescado graso, los aguacates, las semillas de girasol, los tomates y el brócoli. Además, incluye en tu rutina productos para el cuidado de la piel que contengan aceites para ayudar a hidratarla, ya que actúan creando un sello en la superficie de la piel que impide que el agua se escape. Termina siempre cualquier rutina de cuidado de la piel con una capa de protector solar con al menos un FPS 30 para proteger tu rostro.

Un último paso que hay que tener en cuenta al abordar la rutina de cuidado de la piel es la delicadeza con la que nos tratamos a nosotros mismos y a nuestra piel.  Como con todo en la vida, si hay algo que te molesta, aborda el problema con amabilidad y consideración. Esto siempre dará los mejores resultados. Algunos consejos para un cuidado de la piel consciente: sécate la piel con palmaditas, no frotes agresivamente y utiliza agua tibia, no caliente, para lavarte la cara. Tener una piel con problemas puede afectar a tu salud mental. Sé amable contigo mismo cuando te mires al espejo, porque el estrés puede exacerbar los problemas cutáneos, así que practicar la compasión contigo misma es parte integrante de la recuperación de tu piel.

#livewellinyourskin