Cómo el ejercicio puede mejorar tu piel

No es ningún secreto que el ejercicio es esencial para la salud a muchos niveles, pero quizá no sepas que también puede ayudarte a mejorar la calidad de tu piel. Aunque algunas personas con enfermedades inflamatorias de la piel, como eczema o psoriasis, pueden preocuparse por los brotes después del entrenamiento, el ejercicio regular regula la respuesta del cuerpo al estrés y puede ayudar a calmar la piel. Tanto si tienes problemas crónicos de piel como si no, entrenar con regularidad es una parte importante de tu rutina de cuidado de la piel y de tu plan general de autocuidado. Dicho esto, asegúrate de consultar a tu médico especialista si empiezas una nueva rutina de ejercicios con algún tipo de afección cutánea o de salud preexistente. 

Si estás estancad@ en el ejercicio y necesitas un impulso de motivación, debes saber que comprometerte a entrenar con regularidad puede ayudarte a alcanzar tus objetivos de cuidado de la piel. No existen soluciones rápidas para conseguir una salud duradera y una piel mejor, pero realizar cambios significativos cada día te ayudará a acercarte a los resultados que más deseas. Una dieta sana junto con ejercicio, hidratación y una rutina diaria de cuidado de la piel pueden transformar cómo te sientes por dentro y por fuera. Sigue leyendo para saber más sobre cómo el ejercicio y la sudoración pueden ayudarte a mejorar el aspecto y el tacto de tu piel.


Circulación sanguínea y luminosidad después del entrenamiento

El vínculo beneficioso entre el ejercicio y la piel tiene mucho que ver con la circulación. 

Hacer ejercicio ayuda a bombear la sangre por el cuerpo con más fuerza, lo que estimula la nutrición y la desintoxicación de las células de la piel. Además, numerosas investigaciones demuestran que entrenar con regularidad tiene un profundo efecto antienvejecimiento en la piel, ya que hace que se descuelgue y se arrugue mucho más lentamente que la piel de las personas que no hacen ejercicio.

Cómo la sudoración favorece los objetivos de una piel sana

La sudoración es la forma en la que el cuerpo se enfría durante y después del esfuerzo. Algunas investigaciones sugieren que la sudoración durante el ejercicio puede tener efectos desintoxicantes para el cuerpo en general, y también puede ofrecer beneficios únicos para su piel. 

La sudoración refresca e hidrata la piel, y también puede ayudar a eliminar las bacterias nocivas de la superficie cutánea, al tiempo que favorece los efectos antienvejecimiento. Sudar cada vez que haces ejercicio no sólo mejora tu salud cardiovascular, sino que también puede ayudar a revitalizar el aspecto y el tacto de tu piel. 

Asegúrate de ducharte y lavarte la cara en cuanto termines de hacer ejercicio para evitar que se obstruyan los poros y aparezcan brotes: no querrás que todas esas bacterias y suciedad permanezcan en tu piel durante demasiado tiempo. Además, el sudor contiene sodio, urea y amoníaco que pueden irritar la piel y exacerbar el eccema, así que límpiate la piel lo antes posible después de entrenar.

Advertencia para los entusiastas del ejercicio al aire libre

Aunque el ejercicio hace maravillas en términos de flujo de oxígeno a la piel, producción de colágeno, crecimiento celular y antienvejecimiento en general, demasiada exposición al sol provoca daños en la piel, y eso no se discute. 

Incluso si haces footing en diciembre, necesitas protector solar todos los días del año para proteger tu piel. Aplícate crema solar generosamente después de limpiarte la cara 15 minutos antes de salir y vuelve a aplicártela cada dos horas cuando sudes para obtener la máxima protección. 

Además, recuerda que el cuerpo pierde líquidos al sudar, por lo que es importante beber mucha agua antes, durante y después del entrenamiento. 


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