Ejercicio, ph y función barrera de la piel. Todo lo que necesitas saber

Los estudios sugieren que el ejercicio puede tener efectos negativos sobre la piel, concretamente al modificar el pH cutáneo y reducir el sebo, lo cual puede afectar negativamente a la función de barrera de la piel.  

Un estudio notable realizado en la Universidad de Hamburgo (Alemania) utilizó varias técnicas de bioingeniería bien establecidas para evaluar la hidratación del estrato córneo, el contenido de sebo y el pH de la superficie cutánea antes y después de 45 minutos de entrenamiento cardiovascular en un ensayo clínico con 60 sujetos.

La función esencial de la barrera cutánea es proteger contra la pérdida de agua e impedir la penetración de moléculas extrañas en el organismo. Como ya sabrás, todos tenemos una película muy fina y ligeramente ácida en la superficie de la piel que funciona como una barrera bioquímica con un valor de pH entre 4,0 y 6,5. Esto forma, con el estrato córneo, la función barrera esencial de la piel. 

En el estudio alemán, se observó que los valores de pH de la piel eran más elevados después del ejercicio, siendo el aumento especialmente significativo en el pecho y la frente.

Esto es preocupante, ya que un pH más alto en la superficie de la piel se asocia a un mayor riesgo de trastornos cutáneos. Existen pruebas de que la piel inflamada implica un aumento del pH cutáneo, y de que un pH cutáneo elevado puede acabar provocando problemas en la barrera cutánea.  Los cambios en el pH de la piel también son relevantes, ya que otros estudios demuestran que el crecimiento de las bacterias aumenta con un pH elevado, mientras que se ralentiza significativamente a pH 5,5.

El estudio también mostró un aumento de la hidratación después del ejercicio de más del 50% (probablemente causado por el aumento de la sudoración durante el ejercicio.) Sin embargo, mientras que un estrato córneo bien hidratado es importante para una piel sana, un estrato córneo empapado tiene una eficacia de barrera reducida. Este entorno húmedo y cálido (especialmente cuando se lleva ropa deportiva), combinado con el aumento del pH de la superficie cutánea, crea unas condiciones óptimas para el crecimiento microbiano.

Sorprendentemente, en el estudio también se observó una disminución significativa del sebo en la superficie de la piel. En comparación con el nivel inicial, el nivel de sebo en la frente era, de media, un 28,6% inferior después del ejercicio cardiovascular. Esta disminución del nivel de sebo fue un resultado inesperado, ya que una mayor temperatura de la piel suele estar correlacionada con un aumento del sebo.

La causa probable de la disminución del sebo es el aumento de la producción de sudor durante el ejercicio, que diluye eficazmente el sebo/lípidos de la piel, lo que también puede afectar a la función de barrera de la piel.

El pH de la piel tarda entre horas y días en regenerarse tras incidentes que alteran el pH natural de la piel (como la sudoración o el uso de jabones fuertes). Sin embargo, los estudios demuestran que el uso de emulsiones con pH equilibrado puede ayudar a la piel a recuperarse más rápidamente, tanto en términos de efecto inmediato como a largo plazo, lo que puede contribuir a mantener la integridad de la función barrera de la piel.

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